Stonehenge está formado por cuatro circunferencias concéntricas de bloques de piedra. Las mayores son las del exterior, grandes piedras de arenisca originalmente coronadas por dinteles de los que hoy quedan solo siete en su sitio. Las circunferencias interiores están compuestas de piedras más pequeñas y de otro tipo, las 42 llamadas bluestones o piedras de arenisca azulada.

Desde hace tiempo se sabe de dónde proceden esas piedras azuladas, las colinas Preseli al oeste de Gales, a unos 230 kilómetros de distancia del monumento. Pero sólo muy recientemente se han identificado las fuentes geológicas exactas. Dos de esas canteras, Carn Goedog y Craig Rhos-y-felin, han sido excavadas ahora revelando evidencias de la extracción de los megalitos hace 5.000 años, la misma época en que se data la primera fase de construcción de Stonehenge.

En un estudio publicado en Antiquity investigadores de la University College de Londres, la Universidad de Bournemouth, la Universidad de Southampton, la Universidad de las Highlands y el Museo Nacional de Gales, liderados por Mike Parker Pearson (quien hace unos años encontró el asentamiento de unas mil casas cercano a Stonehenge), se señalan los lugares exactos y se revela cómo y cuando se extrajeron las piedras.

Según Pearson todos los demás monumentos neolíticos de Europa fueron construidos con megalitos traídos desde no más de 10 millas (16 kilómetros) de distancia. Buscamos averiguar por qué eran tan especiales las colinas Preseli hace 5.000 años, y si había algún otro círculo de piedra allí, contruido antes de que las piedras azuladas fueran trasladadas a Stonehenge.

La cantera más grande se encontró a 289 kilómetros, en la ladera norte de las colinas. Es el afloramiento de Carn Goedog, y de ella proceden al menos cinco de las piedras azuladas de Stonehenge. En el valle inmediato a Carn Goedog se identificó otro afloramiento como la fuente de donde proceden las piedras de riolita (otro tipo de roca ígnea) del monumento.

Según el estudio los afloramientos de piedra azulada están formados por pilares verticales naturales, que pudieron ser extraídos abriendo juntas entre ellos, lo que supone un método más sencillo que el utilizado en el Antiguo Egipto, donde los obeliscos debían tallarse directamente en la roca. Así los canteros neolíticos solo tenían que insertar cuñas en las juntas para separar los pilares hasta el pie del afloramiento.

Una de las piedras azuladas (bluestones) de Stonehenge / foto Megalev – Shutterstock

Aunque es probable que la mayor parte de su equipo consistiera en cuerdas perecederas y cuñas, mazos y palancas de madera, dejaron también otras herramientas como piedras de martillo y cuñas de piedra. Pearson indica que las cuñas de piedra están hechas de barro importado, mucho más suave que los duros pilares de dolerita. Martillar en una cuña dura podría haber creado fracturas por tensión y el agrietamiento de los pilares. Usando cuñas blandas se aseguraban que, si algo se rompía, era la cuña y no el pilar.

Las excavaciones arqueológicas en ambos afloramientos encontraron restos de plataformas de piedra y tierra artificiales, con el borde exterior de cada plataforma terminando en un desnivel de aproximadamente un metro. Así, los pilares de piedra azulada se podrían bajar a esta plataforma que actuaba como muelle de carga, para bajarlos sobre trineos de madera antes de arrastrarlos.

En las plataformas de ambas canteras los investigadores hallaron restos de carbón datados alrededor del año 3000 a.C., lo que ha servido para fechar la extracción de los megalitos.

El equipo opina que Stonehenge era inicialmente un círculo de pilares de piedra azulada ásperos, sin trabajar, colocados en pozos conocidos como Aubrey Holes cerca de Stonehenge, y que los grandes bloques de piedra arenisca fueron añadidos unos 500 años más tarde.

Los nuevos descubrimientos también ponen en duda la popular teoría de que las piedras azuladas fueron transportadas por mar, ya que ambas canteras están en la ladera norte de las colinas Preseli, desde donde pudieron ser transportadas por tierra hasta la llanura de Salisbury.


Fuentes

Pearson, M., Pollard, J., Richards, C., Welham, K., Casswell, C., French, C., … Ixer, R. (2019). Megalith quarries for Stonehenge’s bluestones. Antiquity, 93(367), 45–62. doi:10.15184/aqy.2018.111 / University College London


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