El reciente descubrimiento arqueológico en la Zona Arqueológica de Dzibanché, Quintana Roo (México), ha proporcionado nuevas pistas sobre la grandeza de la dinastía Kaanu’l, una de las más influyentes de la antigua civilización maya.

Bajo el emblema de la serpiente, conocido como “kaan” en lengua maya, esta poderosa estirpe gobernó vastos territorios que hoy corresponden a partes de México, Belice y Guatemala, consolidando su hegemonía durante el periodo Clásico Temprano.

Este hallazgo, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) mediante el Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), ha permitido la identificación de relieves modelados en estuco que decoran las fachadas de dos plataformas.

Dinastía Kaanu'l Dzibanché
Bajo el símbolo de la serpiente (kaan, en maya), dicho linaje gobernó a numerosos señoríos en los territorios que hoy ocupan México, Belice y Guatemala. Crédito: Gibrán Huerta / INAH

El descubrimiento ha sido calificado como un logro significativo en la investigación de esta dinastía. Las plataformas se ubican en la zona oeste del Juego de Pelota II, un área que ya había sido explorada en temporadas anteriores, pero cuyos detalles arquitectónicos apenas ahora están saliendo a la luz.

Los relieves, realizados con una precisión artística que denota el alto nivel de la civilización maya, representan escenas que combinan figuras de guardianes, ancestrales figuras celestiales y animales míticos, todos elementos que refuerzan la importancia de la serpiente como símbolo de poder y ascendencia divina para la dinastía Kaanu’l.

Una de las escenas más fascinantes que se ha encontrado muestra a dos guardianes custodiando un pedestal, que probablemente albergaba una escultura de algún gobernante Kaanu’l, según los glifos que adornan el podio. En otra plataforma, se descubrió una representación de ancestros que parecen habitar en el cielo nocturno, rodeados de estrellas y serpientes, lo que apunta a una fusión entre las iconografías mayas y teotihuacanas.

Dinastía Kaanu'l Dzibanché
El INAH descubre tres fachadas con relieves alusivos a la dinastía Kaanu’l, en la Zona Arqueológica de Dzibanché. Crédito: Gibrán Huerta / INAH

Esta mezcla de influencias culturales subraya el nivel de intercambios que existía entre distintas civilizaciones precolombinas. Un tercer relieve incluye animales mitológicos asociados con constelaciones, un tema recurrente en las creencias cosmológicas de los mayas.

El trabajo de conservación de estos vestigios ha sido un proceso delicado, ya que los estucos conservan restos de pigmentos de colores rojo, azul, amarillo y negro, lo que obliga a los restauradores a proceder con extremo cuidado. La humedad y la exposición al aire libre son factores que complican aún más esta labor, que se inició en diciembre de 2023 y se espera continúe hasta finales de 2024. En este sentido, el equipo de 98 personas que trabaja en Dzibanché, compuesto por arqueólogos, restauradores, arquitectos y otros especialistas, se enfrenta al reto de decidir si dejarán los relieves expuestos al público o si optarán por cubrirlos nuevamente para asegurar su conservación.

Además de la labor arqueológica, se han tomado fotografías que, en un futuro, podrían usarse para generar modelos fotogramétricos. Estos modelos no solo facilitarían la creación de réplicas para su exhibición, sino que también permitirían a los expertos estudiar los detalles de los relieves sin comprometer su integridad. Este enfoque demuestra el compromiso del INAH y el Promeza por preservar el patrimonio cultural de México mientras se avanza en su estudio.

Dinastía Kaanu'l Dzibanché
Un equipo de trabajo de 98 personas, entre especialistas y auxiliares, labora en la conservación de los vestigios. Crédito: Sandra Balanzar / INAH

El descubrimiento de estos relieves en el Juego de Pelota II ha sorprendido a los especialistas, quienes no esperaban encontrar decoraciones tan elaboradas en esta área en particular. Sin embargo, como explica Sandra Balanzario Granados, directora del Promeza en Dzibanché, estos hallazgos subrayan la relevancia que tenía este lugar para la dinastía Kaanu’l. Esta dinastía no solo dejó un legado arquitectónico impresionante, sino que también forjó un vínculo entre los gobernantes y las deidades a través de la iconografía serpentina que caracteriza a estos relieves.

El contexto temporal de los relieves estucados coincide con el auge de Dzibanché entre los años 500 y 600 d.C., cuando la ciudad alcanzó su máximo esplendor bajo el dominio de los Kaanu’l. Posteriormente, la dinastía se dividió en dos ramas, una de las cuales se estableció en Calakmul, otra ciudad maya de gran importancia.

Finalmente, cabe mencionar que, además de los relieves, el Promeza ha permitido la restauración de otros importantes edificios en Dzibanché, como el Templo del Búho y el Templo de los Cormoranes. Este esfuerzo conjunto entre arqueólogos y restauradores está devolviendo a la vida a una de las ciudades más emblemáticas de la cultura maya, ayudando a comprender mejor el papel de la dinastía Kaanu’l en la historia de Mesoamérica.



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